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Amen dico tibi hodie mecum eris in paradiso
(Lucas, 23:43)

La ablación del clítoris es una praxis que afecta a 30 millones de mujeres en 28 países africanos y más de 140 millones de mujeres en el mundo han sufrido algún tipo de mutilación genital femenina.

La edad para sufrir esta práctica varía desde unos pocos días de vida a los veinte años, aunque en su pluralidad suele efectuarse a niñas de entre doce y catorce años. En la mayoría de los casos, se basa en tradiciones profundas o creencias religiosas y culturales: hace que las chicas se mantengan vírgenes hasta su matrimonio, evita comportamientos inmorales, previene muertes prenatales o se considera una imposición religiosa. La razón real es el control de la sexualidad de jóvenes y mujeres.

Hay cuatro tipos diferentes de mutilación, desde la circuncisión (la menos grave), pasando por la excisión e infibulación hasta la más grave consistente en la eliminación completa de los genitales femeninos externos sin las mínimas condiciones higiénicas efectuada con cuchillas u otros instrumentos cortantes sin esterilizar, sin ningún tipo de anestesia o únicamente con pastillas para paliar el dolor; teniendo importantes consecuencias físicas inmediatas (hemorragias, infecciones o tétanos) y permanentes (dificultades a la hora de orinar, infecciones crónicas, infertilidad, fuertes dolores durante las relaciones sexuales, el embarazo y el parto). Además, es una experiencia traumática para todas las niñas.

Estas prácticas son más frecuentes en las regiones occidental, oriental y nororiental de África, en algunos países de Asia y del Oriente Medio y entre migrantes de esas áreas que según el mapa de Wassu-UAB, elaborado por Adriana Kaplan y Antonio López Gay, África es hoy el tercer continente de origen de los inmigrantes en España, tras Europa y América, existiendo así 17.000 menores de quince años en riesgo potencial de padecer la ablación en nuestro país; una cifra que es un 60% superior a la registrada en el informe de 2008 elaborado por este mismo organismo.

manifiéstese a su antojo