Me fascina contemplar retratos que inmortalizan instantes de desconocidas épocas pasadas ignorante de la razón del porqué captar esa brevísima porción de tiempo y no otra, días previos o segundos posteriores, en los que me podría recrear durante larguísimos lapsos jugueteando a inventar mil vidas posibles que, probablemente, nunca me aproxime al acierto.
Por otro lado, evito retratar mi estampa o esas múltiples ocasiones apropiadas de ser eternizadas para el recuerdo ya que llegado el lance en que mi memoria las desatienda a su fortuna y mi vista posase su atención sobre ellas, nuevamente, contemplaría retratos que inmortalizan instantes de desconocidas épocas pasadas ignorante de la razón del porqué captar esa brevísima porción de tiempo y no otra.