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Frente a ti soy un perro hambriento, un animal perdido sin límites ni entendimiento.

Frente a ti postergo la sordidez que establecidamente se pondera porque en ti contemplo la belleza que un día desertó de mi vera.

Se me rebela el cuerpo en estremecimientos por la contenida expectativa de prestar nuevamente mis oídos al gruñir de tus cuerdas rendimiento de mi tacto en la sonoridad de tus teclas.

Incendia el mapa de mis sentidos.

Claudico esclava en la brutal libertad que solo degusto en el estudio de tus piezas pegando una patá a la puerta del indomable universo que reprimo y entonces hasta mi propia lengua olvido y el no ser ya no importa porque no hay mujer más llena de placer en este mundo que esta loba necia en el desprecio de su vergonzosa cortedad reparando su maltratada esencia en las pautas del tempo.

manifiéstese a su antojo