Quizás, déjome llevar por como dispone la festividad del día de hoy y echo un vistazo a mi desidiosa quimera descubriendo de por medio de tanto enredos y letras que lo único que habla sinceramente de mí, es el descuido de todos estos meses.
Qué ajeno queda lo expresado cuando lo desligas del costado y qué bien cuando, de una vez por todas, se despiertan las inmensas ganas de querer experimentar, las inmensas ganas de dejarse llevar.
Cierro el año, cicatrizo heridas… y citando a Eliot:
Las palabras del año pasado pertenecen al lenguaje del año pasado. Y las palabras del próximo año esperan su turno.