“Me someto a la ética, pero no comprendo en modo alguno por qué es más glorioso bombardear una ciudad sitiada que asesinar a alguien a hachazos.” —F. Dostoyevski
»Beginning to end: act II, The Darkest Cello Music.
“Me someto a la ética, pero no comprendo en modo alguno por qué es más glorioso bombardear una ciudad sitiada que asesinar a alguien a hachazos.” —F. Dostoyevski
»Beginning to end: act II, The Darkest Cello Music.
Una gruesa capa de nieve colma el alféizar de la ventana y el paisaje de un parque blanquecino se estampa deshabitado a través de la única ventana. Una cama, un escritorio con una solitaria silla, el office y el aseo hace las veces de vivienda que poco o nada más necesita para llamarlo hogar.
En algunas ocasiones, juguetea distraídamente a enredar los dedos de por medio del maleable elástico que aún resiste a dar forma al raído coletero que acostumbra a acomodar en su muñeca, para poco después estilarlo todo lo que puede y soltarlo en una calculada sacudida justo en el reverso de la misma confeccionado en un movimiento presuroso inapreciable de no ser por el estremecimiento que prorrumpe sus contenidas ganas de llorar.
Acibarado excesivo regusto se arraiga en el residuo de su remembranza de todo aquello que debió haber sido el cuento más bello jamás narrado de consumados sueños con radiante desenlace bienaventurado empero no fue más que un extenuante desafío con efímeros oasis demoledores que desataron un vasto cansancio entregándole un zurcido cuerpo de maltrecho corazón.
»Summertime, Bernard Davey & Jonny Walke
Observa inexpresivo la gota de sudor que en un ligero discurrir contornea la serranía nudosa de su estropeada mano secuela de la afanosa labor consuetudinaria de años bregando entre trebejos y aperos que bien podría esgrimir las tallas esbozadas en sus delirios inventivos en otro tiempo arrinconado hoy por la cruda realidad que le condecoró en esta plúmbea ocupación.