campamento de verano

¿Alguna vez se ha sentido invadido por una estúpida sensación de abandono derivación de justipreciar que el mundo está cumplidamente vacío de significación aniquilada por una tremebunda artificialidad que le hala a un mustio deambular originándole una inquina atroz al excedente de engendros todos tontos a los que martirizaría gustosamente porque son más pesados que el cuñado de Rocky ajumado e inclusive ha llegando a soportar delirios de superpoderes creyéndose que el orbe le pertenece de manera totalitaria?

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percepción

La única belleza que no se marchita nunca con el tiempo es la elegancia y para muestra, yo. No solo por el derroche a raudales de buen gusto y estilo exuberante que me caracteriza sino porque además estoy estupenda. Y no es por nada e igual está mal que yo misma lo diga, pero debería ser delito mantenerse tan atractiva especialmente a mi edad que, vale, mi buen sacrificio me supone pero de siempre he tenido claro la gran máxima que aplico en todos los ámbitos de mi vida: ser la mejor versión de mí misma. No cuesta nada.

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querencia

De más está indicar que ni es el lugar ni la ocasión para esto y, muchísimo menos, te voy a admitir ninguna clase de reproche al respecto por muy conveniente que estime tu caprichoso antojo al deleitarme con esa pregunta capciosa además de innecesariamente impertinente ya que algo de competencia por tu parte habrá correspondido en esta relación, vamos, digo yo.

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guerra nuclear masiva

¿Alguna vez se ha sentido angustiado por la abrumadora zozobra de qué hacer, cómo proceder llegado el supuesto o qué medidas de protección ha de tomar frente a un ataque nuclear ahora que Corea del Norte desafiando a la comunidad internacional anunció que ha llevado a cabo con éxito su cuarta prueba nuclear y la primera en la que utiliza una bomba de hidrógeno, mucho más potente que las atómicas que se lanzaron contra Hiroshima y Nagasaki en 1945?

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rapsodia

Me basta y me sobra con notar la ojeada de reprobación del camarero mientras rellena mi copa para saberte ahí afuera de nuevo bajo la lluvia, impasible, tras la cristalera contemplando la noche parpadear ante tus ojos en el viajar sensual de una mano desconocida por mi espalda invitándome a explorar cómo es otra cama, cómo suda otro cuerpo y enfurecida arañas con todas tus fuerzas lentamente los nudillos por la pared para calmar tu cobardía.

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